domingo, 1 de septiembre de 2013

SERIE BERLÍN: Manipulando el color de la ironía

Monumento del Holocausto, en Berlín.
La misma imagen tratada con distintos editores gráficos.
Fotos: Carmen del Puerto.


Inútil su esfuerzo. Quizá la capa de Protectosil (inhibidor de corrosión) haya evitado pintadas, graffiti y esvásticas neonazis en las estelas de este monumento berlinés que honra la memoria de los seis millones de judíos víctimas del Holocausto. Pero la protección anti-pintura no ha cubierto posibles transformaciones de color como las que se muestran en este bazar de la Metáfora. Seguro que Peter Eisenman me denuncia por ello, aunque el prestigioso arquitecto neoyorkino de origen judío tampoco se libró de las críticas en su momento.

Mientras se ejecutaba el proyecto, la prensa suiza desveló el pasado nazi de Degussa, la empresa química alemana que suministraba el Protectosil. Su filial, Degesch, había producido el mortífero gas Zyklon B que los nazis usaron para ejecutar a personas en los campos de concentración. La indignación de la comunidad judía no se hizo esperar y la construcción del Memorial se detuvo. Pero retirar a Degussa del proyecto, que ya había aplicado su producto en muchas de las estelas, y contratar a una nueva empresa en su lugar habría supuesto unos costes que los políticos alemanes no estaban dispuestos a asumir. Eisenman, por su parte, temió que el monumento que había diseñado y que se había logrado imponer sobre otras propuestas quedara finalmente a medias. Ambas razones hicieron que se zanjara la controversia. Degussa siguió en el proyecto y el Monumento se inauguró el 10 de mayo de 2005, aunque irónicamente vinculado a las cámaras de gas.

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